Cada 14 de noviembre se conmemora el día mundial de la diabetes, con la finalidad de crear conciencia en la comunidad y a su vez hacer hincapié en las diferentes herramientas de prevención y control de la enfermedad. “La diabetes es una enfermedad crónica donde el metabolismo de proteínas, grasas y especialmente hidratos de carbono se encuentra alterado. Esta condición se produce por la falta parcial de la hormona insulina producida por el páncreas y/o la dificultad en la acción de ésta en el organismo”, indicó, María Laura Rodríguez Rostan, especialista en Medicina Interna y en Diabetes Mellitus y Tecnología aplicada a su tratamiento.

Por su parte, Alejandra Gaydou, Directora del Posgrado de Diabetes FCM-UNL, complementó que, “la diabetes es además, una enfermedad sistémica porque tiene la particularidad de provocar alteraciones funcionales en cerebro, corazón, riñón, visión, hígado y sistema nervioso periférico”.

Cabe señalar que, “el medio en el que una persona nace y crece puede constituirse en el principal factor de riesgo para desarrollar ciertas enfermedades, tal y como es el caso de la diabetes, ante todo por la influencia de hábitos de vida, dañinos para la salud. En ese sentido, existen intervenciones tempranas que impiden el desarrollo de la diabetes o por lo menos evitan la progresión a complicaciones, manifestó Alejandra Gaydou, especialista en la temática y docente FCM-UNL. Para luego agregar, “creo firmemente que lo que más nos puede ayudar a cambiar el destino y disminuir las complicaciones de esta entidad, es trabajar cambios de hábitos desde que empezamos a caminar este mundo. También si llegamos más tarde se puede, pero el impacto es menor”.

Diferentes tipos de diabetes

Esta enfermedad crónica, tiene diferentes tipos de manifestaciones. “En el tipo 1: existe una destrucción casi total del páncreas por parte de sustancias (anticuerpos) producidas por el propio cuerpo y consecuentemente un déficit total de insulina. Así, su tratamiento se basa en reponer ese déficit de forma externa por aplicación diaria de esta hormona”, explicó la docente FCM-UNL, Rodríguez Rostan.

En cuanto al tipo 2, que es el más frecuente, puntualizó “se produce por interacción de distintos genes, con una clara predisposición familiar, existiendo una resistencia en la acción de la insulina en distintos órganos y tejidos. Además, se encuentra estrechamente relacionada con la obesidad, la hipertensión arterial, alteraciones en colesterol, entre otras. Ocurre frecuentemente en adultos jóvenes y mayores, pero también puede existir en niños con obesidad. Su tratamiento se basa en mejorar las condiciones que la predisponen, tal como el sobrepeso/obesidad, y requiere de tratamiento con medicación por boca y/o insulina según los niveles de glucemias promedios que presente el paciente”.

También, existe la diabetes gestacional. En ese sentido, Rodríguez Rostan, consignó “el embarazo es una condición hormonal que genera resistencia de la acción de insulina. Este tipo, se considera a aquella elevación de la glucemia (azúcar en sangre) diagnosticada en el transcurso de un embarazo. Este ascenso puede ser producido por el mismo embarazo y culminar al finalizarlo o bien ser diabetes previa al inicio de la gesta, sin ser diagnosticada. En cualquiera de las dos condiciones existen riesgos para la madre y el bebé”.

Para luego agregar, “por ello, es esencial que las mujeres embarazadas tengan controles previos a la búsqueda o inicio de embarazo a fin de evaluar esta situación y así disminuir riesgos. Aquellas mujeres con sobrepeso/obesidad o antecedentes de hijos de peso mayor a 4 kg presentar un riesgo aumentado de desarrollarla. Para controlarla se utiliza dieta específica y en algunos casos insulina”.

Así mismo, la especialista, comentó, existen “otros tipos: distintas enfermedades y medicaciones que pueden predisponer a la aparición de diabetes, especialmente las que afectan al páncreas o a la glándula tiroides. Además, el consumo de corticoides también puede incrementar el riesgo de presentar diabetes en personas predispuestas”.

Herramientas para prevenir el desarrollo de diabetes, especialmente tipo 2

La Directora del Observatorio FCM-UNL, Rodríguez Rostan, sugiere, “llevar adelante una vida saludable que incluya:

- Actividad física de 150 minutos semanales en adultos jóvenes o adaptada en mayores.

- Ingesta de verduras y frutas de forma diaria y acompañando todas las comidas

- Reducción de bebidas azucaradas y productos en base de harina o azúcar. 

- Reducción de estrés.

- Evitar el consumo de cigarrillo.

En suma, recomienda, el “control clínico periódico con medición en sangre de valores de glucosa (glucemia). Antes de los 45 años, cuando se presentan factores de riesgo cardiovascular, antecedente de diabetes gestacional o hayan tenido recién nacidos de peso mayor a 4500 g u obesidad.”.

Medidas para evitar complicaciones una vez diagnosticada la diabetes

Conocer y mantener bajo control la diabetes es fundamental, motivo por el cual, Rodríguez Rostan, recomienda:

- “Control médico con medición trimestral de hemoglobina glicosilada. Esta proteína evalúa los promedios de glucemia de los últimos tres meses; permite realizar cambios en los tratamientos y predice la posibilidad de riesgo de enfermedades asociadas.

- Control de función de riñón y orina con medición de las proteínas que se pierden en orina a causa de mal control de glucemias. Predice el riesgo de enfermedad renal crónica y requerimiento de diálisis

- Control de colesterol y triglicéridos en sangre.

- Control de tensión arterial en todas las consultas y de ambos pies según el riesgo y lesiones.

- Control cardiológico anual.

- Control oftalmológico con fondo de ojo anual.

Todas estas acciones, permitirán retrasar la aparición de complicaciones producto de la diabetes. Dada la complejidad de esta enfermedad es fundamental el seguimiento del paciente por parte de un equipo de profesionales que lo asistan en los mejores cuidados. “Nutricionistas, enfermeras/os entrenados en cuidados específicos, educadores en aplicación de insulina, podólogos para control de pies de riesgo, terapistas ocupacionales entrenados en tareas adaptadas a pérdidas de funciones a causa de la diabetes (Por ejemplo ceguera o amputaciones), asistentes sociales, psicólogos que acompañen el proceso de adaptación a los diagnósticos y transitar las complicaciones y limitaciones que pudiera tener y equipo médico  de cardiólogos, nefrólogos, oftalmólogos, ginecólogos, urólogos, neurólogos, clínico diabetólogo o endocrinólogo entre otros”, destacó la docente FCM-UNL.