El parto respetado pretende tener en cuenta de manera explícita las opiniones, necesidades y valores de las personas gestantes y sus familias en el proceso de embarazo, nacimiento y puerperio. “Así mismo se busca que este transite por condiciones de dignidad y derechos humanos con perspectiva de género y un enfoque basado en las evidencias”, postuló Marisa Espinoza, médica tocoginecóloga y docente FCM-UNL.

En nuestro país, existe la Ley 25.929 sancionada y promulgada en 2004 y finalmente reglamentada en 2015 la cual defiende los derechos de las personas gestantes, los recién nacidos/as y sus familias durante el nacimiento, parto y post-parto.

La persona gestante como protagonista

En un nacimiento respetado se busca generar un espacio familiar donde la persona gestante y el recién nacido/a sean los protagonistas considerando sus preferencias a la hora de tomar decisiones y de realizar cualquier intervención. “Los vínculos y el entorno no solo influyen en los resultados obstétricos sino además en la calidad de las experiencias vividas. La presencia de una persona de confianza oficia de apoyo físico y emocional, al ofrecer sus caricias y sostén y otras veces de interlocutor frente a las necesidades de la gestante o de los propios profesionales de la salud”, aseveró Marisa Espinoza.

Además de garantizar la presencia de los vínculos se debe brindar “un entorno de hospitalidad y acogimiento que ofrezca intimidad y confort, habilite el movimiento, la posibilidad de utilizar técnicas de relajación y respiración para atravesar el dolor. Esto promueve la liberación de hormonas necesarias (oxitocina, endorfinas, prolactina) para que se enlace cada etapa del proceso de nacimiento con la otra. Lo mismo sucede cuando el personal de salud acompaña con palabras de aliento o desde el silencio, explica con simpleza los procesos por lo que atraviesa la gestante y puede tolerar el acontecer del parto que, en su imprevisibilidad, muchas veces escapa al dominio de la técnica”, añadió Espinoza.

Los aspectos antes mencionados son claves para una experiencia no solo positiva sino además gozosa del nacimiento. Gozo que puede ser compartido en este hacer lugar al otro y en la responsabilidad de la deferencia que transforma el acontecimiento del nacer en una vivencia colectiva y cultural.

El rol del equipo de salud

“Se trata, ante todo, de ser cuidadores. Cuidar y proteger no es lo mismo que controlar y tampoco es lo mismo que solo respetar. La palabra cuidar lleva a una implicación, a un involucramiento intransferible en la experiencia vital de la gestante y una reflexión continua del accionar profesional. El cuidado materno respetuoso se antepone para establecer la calidad de los servicios de salud y pone sus reglas en la convergencia del acceso equitativo a la atención basada en la evidencia, los saberes tradicionales, los derechos, las necesidades y las prácticas culturales y sociales de la gestante, el recién nacido y sus familias”, refirió Espinoza.

Sobre la ley de parto respetado

La iniciativa del parto respetado nació en 2004 gracias a la Asociación Francesa por el Parto Respetado (AFAR) y desde entonces se replica en distintos países con un objetivo principal de visibilizar el modo en que se asisten partos en todo el mundo y poder exigir el cumplimiento de derechos vinculados al nacimiento. En nuestro país, existe la Ley 25.929 que busca defender y garantizar los derechos de la persona gestante, el recién nacido/a y su familia.

Al respecto, Andrea Ducasse, coordinadora de la Licenciatura en Obstetricia, mencionó “la persona gestante como usuario del sistema sanitario tiene derecho, fundamentalmente, a recibir información (existencia de complicaciones, ventajas e inconvenientes de los posibles tratamientos), a decidir libremente la forma y posición en el momento del trabajo de parto y parto, a ser tratada con respeto y consideración de sus pautas culturales. No considero que haya puntos más importantes que otros, sino que cada familia, cada usuaria/o tiene sus necesidades o requerimientos, y para ello la institución y sus profesionales deben de estar formados, o deberían de formarse”.

En el contexto sanitario actual, “se debe de tener en cuenta, que a pesar del momento epidemiológico por el que estamos atravesando, debemos de garantizar derechos.  Es por ello que el lema de este año hace referencia al respeto de las necesidades de la madre y su bebé en cualquier situación. Un gran punto a tener en cuenta es la de generar espacios de formación y de reflexión en relación a derechos, contar con espacios de intercambio entre diferentes actores sociales, como así también continuar capacitando en el tema no solo a profesionales, sino también a la población en general, quienes serán los más beneficiados, ya que es importante conocer la ley e interpretarla para poder decidir, acceder a información clara y precisa por parte de los profesionales, concluyó Ducasse.