Cada 14 de marzo, se conmemora el día internacional de la endometriosis, una enfermedad que, según la Organización Mundial de la Salud,  afecta aproximadamente al 10 % de las mujeres y niñas en edad reproductiva en todo el mundo. La misma, hasta la fecha no tiene cura, pero es posible tratarla. Por esta razón, conocer sobre su existencia y bregar por su detección temprana y tratamiento oportuno resulta clave para detener su evolución y prevenir secuelas.  

“La endometriosis es una enfermedad sistémica (que afecta a todo el cuerpo); crónica (de larga duración), caracterizada fundamentalmente por el crecimiento fuera del útero de un tejido similar al revestimiento interno del mismo, que se llama endometrio. Esto provoca fundamentalmente dolor e infertilidad”, definió el Dr. Samuel Seiref, Prof. Titular de Tocoginecología. 

Los síntomas de esta enfermedad son variados e imprecisos, entre ellos se caracterizan “las menstruaciones dolorosas; el dolor pelviano crónico, es decir, por más de seis meses; el dolor durante o después de las relaciones sexuales; dolor al defecar, al orinar; cansancio e infertilidad. Además puede provocar depresión o ansiedad, distensión abdominal y náuseas. Esta variedad de síntomas, hace que no sea fácil diagnosticarla y muchas veces las personas que la padecen apenas la conocen. Generalmente transcurre mucho tiempo entre la aparición de los síntomas y el diagnóstico, algunas investigaciones sostienen que la demora es entre 6 y 11 años”, indicó Seiref. 

En la actualidad, el/la profesional de la salud obtiene el diagnóstico de la persona consultante “a través del interrogatorio para conocer sus dolencias actuales, el posterior examen físico y la indicación de estudios por imágenes”. El tratamiento de la endometriosis puede ser farmacológico y/o quirúrgico, dependiendo de las particularidades de cada caso. 

El papel de los profesionales de la salud

El Dr. Sereif postula “la capacitación y concientización de los equipos de salud en esta enfermedad son fundamentales para mejorar competencias y habilidades a la hora de detectar, diagnosticar, atender o derivar a la paciente con endometriosis, ante todo para reducir el tiempo entre el inicio de síntomas y el comienzo de un tratamiento adecuado. Así mismo es muy importante impulsar y monitorear el desarrollo de campañas y talleres sobre salud menstrual, para poder hacer hincapié entre los síntomas normales y los signos que deben ser consultados con un/a profesional”.