El cáncer de cuello uterino, también conocido como cáncer de cervix, es considerado actualmente una complicación de la infección por el virus del papiloma humano (VPH o HPV). El HPV se transmite principalmente por via sexual y afecta a hombres y mujeres, pudiendo provocar en estas últimas el crecimiento de células anormales en el cérvix (y otros organos como faringe, vulva y ano) que con el tiempo, llevan a desarrollar cáncer.
Este cáncer es el segundo más común entre las mujeres de todo el mundo (el primero es el de mama), frecuencia que también se verifica en nuestro país, donde cada año se diagnostican aproximadamente 3200 nuevos casos y 1800 mujeres mueren por esta causa. En la provincia de Santa Fe, según el Registro de Cáncer (RECASFE) hay un promedio anual de 460 casos por año.
Paradójicamente, el cáncer de cuello de útero es la forma de cáncer que registra los efectos positivos más notables sobre la mortalidad cuando se realiza una detección selectiva, un diagnóstico precoz y un tratamiento oportuno. Por esta razón, se destaca la importancia de los métodos preventivos como la vacuna contra el VPH, la realización de test diagnósticos del virus y del Papanicolau (PAP), que reducen notablemente la probabilidad de que la infección por VPH derive en un cáncer.
El PAP es un examen que permite detectar células anormales o lesiones en el cuello del útero a través de una muestra de células del mismo. Es indoloro, sencillo y efectivo, sólo lleva unos minutos. Se ha comprobado que su realización podría reducir hasta en un 80% la mortalidad por esta enfermedad.

Investigación de la FCM

Desde la Facultad de Ciencias Médicas se lleva adelante una investigación para obtener cifras confiables de la prevalencia del cáncer ginecológico, así como analizar el proceso hasta el diagnóstico, tratamiento y sobrevida tanto del cáncer de cuello de útero como el de mama en el centro norte de nuestra provincia. En este marco, a través de un estudio descriptivo – retrospectivo se estudiaron 562 historias clínicas de pacientes con diagnóstico de cáncer de cuello uterino asistidas en el Servicio de Ginecología del Hospital Iturraspe entre 1998 y 2013. Allí se detectó que la edad media de las pacientes con cáncer fue de 46,7 años y que del total de pacientes, un 71,8% nunca se había realizado un test de Papanicolau (PAP). Estos datos coinciden con los nacionales: el 69,6% de las mujeres argentinas no se había realizado nunca un PAP entre 2008 y 2012.
El director del proyecto es el Dr. Samuel Seiref, Secretario de Investigación y Posgrado de la FCM y jefe del servicio de ginecología del Hospital Iturraspe, quien destacó la importancia del cumplimiiento de las normativas Nacionales y Provinciales acerca de la vacunacion contra el HPV y la deteccion precoz o tamizaje de las lesiones pre-invasoras, es decir, antes de que se desarrolle el cáncer.

¿Por qué es importante la prevención?

Porque tener una infección por VPH no significa tener cáncer de cuello de útero y si el cáncer o sus lesiones precursoras se detectan tempranamente, puede tratarse y curarse. 

Los métodos de prevención son todos gratuitos y se puede acceder a los mismos en hospitales y centros de salud de todo el país. Estos son la vacuna, que debe aplicarse a las niñas de 11 años y previene contra los tipos de virus que causan aproximadamente el 80% de los casos de cáncer de cuello de útero;  el PAP, que detecta lesiones en el cuello del útero permitiendo el tratamientos antes de que se conviertan en cáncer o que el cáncer esté avanzado; y el test de VPH, una tecnología que permite detectar la presencia los tipos del virus considerados de alto riesgo en las células del cuello del útero.
Es importante enfatizar que la infección por HPV en la mayoria de los casos se cura sola, como la mayoria de las enfermedades virales, con la participación del sistema inmune del huesped. La idea primordial es prevenir la infección pro HPV y/o su evolución al cáncer en aquellas personas predispuestas a ello.