El pasado lunes 23 de junio 540 estudiantes de primer año de medicina asistieron al Colegio Nacional Simón de Iriondo con la finalidad de promocionar la salud visual y evaluar la agudeza visual a estudiantes de la escuela. 

La actividad fue supervisada por el equipo docente integrado por la Mg. Liliana Ortigoza, la Bioq. Mariana Garro Aguilar, la Med. Natalia Falco, la Méd. Daniela Oreggioni y la Esp. Bioq. Viviana Cova y 43 estudiantes de la Práctica Final Obligatoria de la carrera medicina.

Cabe remarcar que esta propuesta “fue planificada y desarrollada en conjunto con docentes de primer año, e incluyó una capacitación previa a los estudiantes sobre la temática, los procedimientos y el abordaje adecuado en contextos comunitarios. A modo de cierre, se realizará un taller de reflexión con los alumnos para analizar lo vivido, compartir experiencias y resignificar el aprendizaje desde una mirada crítica y formativa. Y de esta manera poder optimizar año tras año esta actividad académica de salida a terreno, evaluando las enseñanzas y los aprendizajes logrados”, manifestó la docente y responsable de primer año de medicina Viviana Cova.

Experiencias en primera persona 

“Como responsable académica de las áreas del primer año de la carrera de Medicina, considero que estas experiencias en terreno son profundamente significativas, tanto por su valor académico como por su impacto humano y social”, relató Viviana Cova. Para luego agregar, durante la actividad “se aplicaron conceptos generales vinculados a los hábitos y conocimientos sobre salud visual, en el marco de la Atención Primaria de la Salud. Cada evaluación visual fue no solo una instancia técnica, sino también una oportunidad de diálogo, escucha y concientización. Esta actividad propició, además, el desarrollo de una adecuada relación médico-paciente desde el primer año de formación profesional. Desde mi lugar, fue muy enriquecedor acompañar este proceso de aprendizaje”. 

Asimismo la docente destacó la cálida recepción de la escuela. “El equipo directivo, docentes y estudiantes se mostraron muy agradecidos de haber sido elegidos para esta actividad y participaron con entusiasmo, lo que reafirma la importancia de este tipo de intervenciones comunitarias. Sin duda, estas experiencias fortalecen una formación profesional comprometida, sensible y con una clara vocación de servicio”.

Por su parte, Malena Córdoba, estudiante de primer año reflexionó “mi experiencia con la salida a terreno fue muy amena. La salida aportó a mi formación terminar de comprender la relación médico paciente, el rol de la buena comunicación, y la importancia de integrar todas las disciplinas abordadas en primer año”.